martes, 13 de noviembre de 2012

¿Qué pasa si hoy comienzo de nuevo?

Nervios, ansiedad, temor… ¿si hoy comienzo de nuevo? A veces, el silencio ha sido lo mejor, esperar y escuchar, entrar en hibernación. Hace miedo allí afuera… He conocido mucha gente en este último año y medio, al cabo del segundo año, por allende febrero conoceré a alguien muy importante. Y todo esto lo he introyectado, me lo he guardado, para que nadie lo vea, para que nadie lo escuche. Son muchas emociones, tantas, tan distintas a las que he experimentado antes que no sé como empezar a describirlas, me he vuelto torpe para compartirlas, se nota, me las guardo, me las trago, dejé de escribir, comencé a actuar, me volví clown. Dificultades de re comenzar: No hay tiempo, no hay donde, no hay símbolo. Lo que antes tenía tiempo, lugar y forma, los ha perdido, se le han envejecido, se le han oxidado, se han dispersado como las ruinas de una ciudad de la que ya nadie puede saber lo prospera que fue o que sería. ¿Podría rescatarse? ¿En que nivel el talento oxidado puede aceitarse, pulirse, utilizarse? Si los tiempos han sido cubiertos por otras actividades, si los lugares han sido ocupados por otra materia, si los símbolos ahora son confusos y están diseminados. Y podría decir, después de mucho pensar, después de año y medio de pensar, puedo ver que la dificultad más grande reside en el temor de descifrar las ruinas, de armar el rompecabezas, de exponerlas nuevamente a la inclemencia del tiempo y del juicio de otros. No es el tiempo, porque una página, simple y llana me ha tomado horas, pero la he concretado. No es el lugar, porque a pesar de las remodelaciones, me he dado mi lugar. No es el símbolo, porque el símbolo, aunque oxidado, acude a mí apenas lo llamo. Amigo fiel. Claro, año y medio después, con la experiencia de una vida, la recolección de los escombros y las cenizas se verán diferente y los juicios serán tomados a su vez como lo que son y de quien vienen. Comenzando por mis juicios.

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